Hoy hablamos del modelo económico que muy probablemente sea la mejor respuesta a la incipiente recesión global.
La economía verde busca frenar la destrucción de los ecosistemas y los daños medioambientales, creando un modelo sostenible amable para con el planeta. La economía verde, además, tiene como meta la un trato igual y justo para todos los seres humanos y el mundo en que vivimos. Sus ideales son la eficiencia de recursos, la inclusión social, y el impacto nulo en emisiones de CO2. Casi nada.
Lo innovador del modelo económico verde es que considera los recursos, el medioambiente y la población, sí; pero además otorga al capital natural y a los servicios del ecosistema valores económicos tangibles.
El capital natural
Este es el capital que nuestro mundo posee de tierra, aire, agua, geología y seres vivos. Se distingue del capital financiero en que la humanidad entera depende de este capital para existir y prosperar.
La importancia del capital natural es patente, así como lo es la necesidad de mantenerlo. Un ejemplo sencillo es la desforestación: de manera inicial causa deslizamientos de tierra, y desertificación a largo plazo; además los árboles son los pulmones del planeta, responsables de retirar el CO2 del air. Visto del revés, los árboles protegen de desastres naturales, previenen la desertificación de zonas agrícolas y limpian la polución del aire.
Pero además los árboles benefician las economías globales de otras maneras. Son los grandes protagonistas de sus ecosistemas. Estos hábitats son hogar de miles de especies animales y vegetales que son cruciales para ciertos sectores de la economía. Tomemos como ejemplo los bosques de manglares viveros y hábitats naturales de peces, moluscos, cangrejos y especies de aves. El pescado procedente de los manglares representa el 80% del mercado pesquero global, o 200 billones de dólares.
Servicios de ecosistema
Estos son los beneficios directos e indirectos derivados de los ecosistemas. Se dividen en cuatro categorías:
Directos de aprovisionamiento: comida, agua, recursos genéticos y medicinas.
Servicios de regulación, los cuales estos ecosistemas proveen a las áreas colindantes y al planeta en general: regulación del clima, prevención y protección de desastres naturales, purificación del agua (y gestión de aguas residuales), polinización para promover la biodiversidad y control de plagas naturales.
De hábitat: la variedad de los ecosistemas es imperativa para mantener los fondos genéticos mundiales sanos.
Servicios culturales, los beneficios que los seres humanos recibimos del acceso a estos ecosistemas: bienestar, valores espirituales y estéticos, así como enriquecimiento intelectual.
Aceptando la responsabilidad
La sobre explotación del capital natural y la destrucción ecosistemas causan estragos sobre la economía. Si tenemos estos dos activos terrestres en cuenta y creamos un modelo económico que los asume, tendremos un plan que tenderá por naturaleza a proteger el planeta. Organismos internacionales como la ONU, el FMI o la OCDE son conscientes de ello y han hecho llamadas globales urgentes hacia la sostenibilidad y la recuperación medioambiental. Su mensaje es claro:
Tenemos una responsabilidad para con el planeta y debemos protegerlo.
Debemos tomar medidas apropiadas para con el planeta y sus sistemas naturales, para así asegurar el futuro de la humanidad y sus sociedades; y
Hay maneras de hacer estas cosas que benefician a la economía de manera global.
Todo junto: los principios básicos
Hay muchas alianzas globales que buscan implementar una economía verde. Tienen en común una serie de principios. Son la protección del planeta, eficiencia y suficiencia, bienestar global, justicia y equidad, y buen gobierno.
Protección del planeta
Cuidar del capital natural y los ecosistemas terrestres;
Preservar estos activos; e
Invertir en la administración de estos recursos en el futuro para garantizar su sostenibilidad, una economía circular, y su crecimiento.
Eficiencia y suficiencia
Crear prosperidad dentro de los límites de los sistemas naturales;
Limitar el consumo de recursos naturales para que no excedan lo posible; y
Reconocer los mínimos necesarios para la sociedad y las metas óptimas de consumo de ciertos bienes.
Bienestar global
Centrarse en la humanidad y buscar el beneficio común, no el de unos pocos;
Incrementar la riqueza (no solo financiera) de todos;
Crear oportunidades de empleo en trabajos sostenibles y dignos –así como la creación de empresas y trabajos-; y
Participar en la acción colectiva pero aceptando las decisiones individuales.
Justicia y equidad entre las generaciones humanas
Inclusión general sin discriminación;
Promover la solidaridad y justicia social, reforzando los lazos entre gentes, instituciones y sociedades;
No dejar a nadie atrás y crear una transición rápida y compartida hacia este sistema;
Tener como meta la división equitativa de oportunidades y recompensas; y
Promover a la pequeña y mediana empresa en todo el planeta.
Buen gobierno
Ayudar a las instituciones a usar ciencias exactas y modelos económicos probados para crear estrategias adaptables al ámbito local;
Tener instituciones que se integran entre sí, colaboran y tienen sentido a todos los niveles sociales;
Abrir las instituciones al escrutinio y opinión públicos;
Tener instituciones transparentes por naturaleza, con comunicación abierta que otorga a la sociedad un voto en cómo operan;
Permitir que las decisiones sobre la economía local y la administración del capital natural se tomen desde abajo hacia arriba, para proteger todas las zonas de igual manera; y
Edificar un sistema financiero que otorga bienestar y sostenibilidad, sirviendo las necesidades de todos.
La sostenibilidad como impulsor socioeconómico
Los principios de la economía verde son los que forman parte de los Objectivos para el Desarrollo Sostenible de la ONU. Como hemos mencionado, esta organización ha declarado que la única manera en que la humanidad sobre viva y prospere será tomando una serie de pasos que aseguren el uso equitativo, sostenible y apropiados de los recursos de nuestro planeta.
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