El costo de vida
William Simon, Tesorero de los EE UU en los años 70 solía decir que los estadounidenses teníamos una relación de amor y odio con la inflación. La odiamos pero amamos todo aquello que la causa. Hoy explicamos el coste de vida, el IPC, y como estas dos cosas ayudan a definir el estado de la economía de un país.
Oferta y demanda
Todo esto empieza con la oferta y demanda de productos. Desde la comida hasta el combustible de tu auto, los consumidores hacen uso de estos productos; hay demanda. Usando su demanda y la cantidad de esos productos que hay, se deciden los precios.
La ley de la demanda y la oferta dice que, cuanta mayor demanda, mayor será el precio de un producto. Asimismo, cuando la demanda sube, la producción sube para suplir la demanda. Por otro, a poca demanda, menor precio (y baja la velocidad de producción).
Esto lo verás fácilmente con las frutas y verduras de temporada: cuando hay buenas cosechas, las frutas tienen mejor precio. Y cuando los productos como el café o los aguacates son más caros cuando hay problemas de hongos o parásitos atacando los árboles.
El Índice de Precios al Consumidor
Todo lo que compramos en nuestra vida diaria tiene precios que fluctúan. A menudo no lo notamos. Sin embargo, los bancos centrales de cada país necesitan medir los precios que pagamos los consumidores, ya que les ayuda a ver si la economía está sana o no.
Uno de los indicadores que usan todos los bancos centrales es el índice de Precios al Consumidor, o IPC. El IPC contiene los precios de ciertos artículos de consumo común
- Alimentación (un grupo de comidas como pan, leche, cereales, carnes, etc.)
- Combustible
- Vivienda
- Transporte
- Seguros médicos (en EE. UU.)
- Entretenimiento
- Educación
- Comunicación (internet, teléfono, etc.)
El IPC muestra el precio de vida media en el país, y es el mejor indicador del coste de vida, ya que muestra si hay inflación o deflación.
La inflación
La inflación es el incremento sostenido de los precios al consumidor en un país durante un periodo de tiempo. Vamos, que las cosas se ponen más caras. Suena malo pero lo cierto es que la inflación leve es ideal para la economía de tu país. Lo explicamos.
Cuando hay inflación, los consumidores esperamos que los precios sigan subiendo. Te damos un ejemplo: sabes que cierto modelo de teléfono va a ser el de mayores ventas en Navidad, que escasearán y subirán de precio. Por lo tanto, lo compras ahora.
¿Pero qué pasa? Que como tú, hay miles de personas que compran ese móvil ahora: la demanda sube. La empresa hace más móviles, con lo cual emplean a más personas y la economía va mejor. Todos contentos.
La inflación tiene un beneficio añadido que pocos sospechan: para la deflación. Porque si no te gusta la inflación, créenos que la deflación te gustará aún menos.
La deflación
Cuando oyes en las noticias que la economía está desacelerando, el elemento central de esa situación es la deflación. La deflación, como es de esperar, es la reducción sostenida de los precios al consumidor durante un periodo de tiempo.
Durante periodos de inflación, las expectativas del consumidor cambian. Volvamos al ejemplo del teléfono móvil. Los precios están bajando. Quieres ese móvil pero te esperas que de aquí a tres meses haya bajado de precio. ¿Qué haces? Al igual que otros miles de consumidores, no te lo compras porque esperas poder pagar menos.
¿La empresa que hace el móvil? Deja de hacerlos porque la gente no los están comprando; con el tiempo, empiezan a despedir empleados. Estas personas dejan de consumir por falta de dinero, otras empresas hacen despidos, etc. Este círculo vicioso es la desaceleración, el estancamiento de la economía.
El coste de vida
El coste de vida es lo que el ciudadano medio gasta en vivir. Varía entre países, ciudades e incluso vecindarios. Cada uno consume lo que puede, y los más pudientes ahorran más. Cuando hay inflación, tu poder adquisitivo baja, y tu coste de vida sube. Por eso las empresas ajustan salarios anualmente. La mayoría sube salarios, como mínimo, de acuerdo a la subida de su IPC. Y si tienes suerte, te lo suben más.
Básicamente, el consumo diario y el coste de vida de los ciudadanos mantienen la economía de tu país. Una economía sana tiene precios que poco a poco van subiendo, pero sin prisas; tiene también empleo estable ya que la inflación leve permite que los consumidores compren. Su demanda mantiene o incrementa el empleo. Es la situación idónea.
Y como es lógico, la deflación hace que esta situación vaya al revés, y es mala para la economía del país.
Buenos precios – consumo – incremento de demanda – incremento de producción- sube el empleo – más consumo
La hiperinflación
Vamos a terminar explicando un término que se oye mucho estos días. La hiperinflación consiste en la inflación descontrolada en una economía. Muchos economistas la definen como el incremento del IPC de más de 50% al mes durante un año. Según las Normas Internacionales de Información Financiera, es el incremento de precios en una economía de 100% en 3 años.
El primer caso conocido de hiperinflación ocurrió en la República de Weimar (que más tarde sería Alemania) tras perder la Primera Guerra Mundial. El más reciente es el caso actual de Venezuela. En los últimos 100 años ha habido una docena de casos de crisis hiperinflacionarias en distintos países.
La hiperinflación se asocia con las guerras –o más bien sus consecuencias-, trastornos sociales o políticos, o grandes crisis económicas. Tiene lugar cuando el banco central de un país, en un intento de propulsar la economía, imprime más dinero del necesario y lo inyecta en la economía.
Ese exceso de dinero hace que los precios se disparen, porque los vendedores saben que la gente tiene más dinero. El gobierno vuelve a imprimir más dinero, los precios vuelven a dispararse, etcétera. La única manera de parar este nefasto círculo vicioso es una combinación de:
- Estímulos económicos,
- Reforma fiscal y económica,
- La revalorización oficial de la moneda y/o, como ha ocurrido en algunos casos,
- La creación de una nueva divisa.